Algunos de los pensadores, constructores y emprendedores más exitosos del mundo han atribuido su excelencia a una rutina bien estructurada y constante.

Por ejemplo, el cofundador de Twitter y Square, Jack Dorsey, hizo en su día turnos diarios de 8 horas a tiempo completo en ambas empresas para garantizar su éxito empresarial. Así es: Jack pasó 16 horas al día trabajando dos turnos enteros de lunes a viernes... sin un solo día libre. Eso sí que es constancia.

¿Cómo lo hizo Jack?

Al establecer un "tema" para cada día de la semana, Jack mantuvo el rumbo, se centró en las tareas relacionadas con el tema del día y aportó la coherencia empresarial que tanto Twitter como Square necesitaban en los momentos más críticos. Por ejemplo, el tema de los lunes sería la gestión, el de los martes el desarrollo de productos, el de los miércoles el marketing, el de los jueves las asociaciones y el de los viernes la contratación.

No estamos diciendo que debas pasar dos tercios de tus horas de vigilia trabajando febrilmente para construir el éxito de tu negocio. En última instancia, las rutinas nos ayudan a mantenernos organizados para centrarnos en nuestras prioridades, limitan nuestra procrastinación y evitan que nos agobiemos con las pequeñas cosas a lo largo del día. También te permiten convertirte en una persona más sana, feliz y equilibrada al reducir tu dependencia de la motivación y la fuerza de voluntad.

Puedes estar un paso más cerca de conseguir que tu rutina diaria sea más eficiente si eliminas las conjeturas y tomas decisiones sobre las tareas más rutinarias y adoptas algunas prácticas en consecuencia.

Veamos los cinco elementos críticos de una rutina diaria de éxito que pueden ayudarle a ser más productivo y eficiente y a marcar el rumbo hacia el éxito empresarial.

1. Compromiso

Comprometerse con una misión y una visión garantiza tener los ojos puestos en el objetivo y trabajar para alcanzar una meta a largo plazo.

Desarrollar la perseverancia y las agallas necesarias para seguir una rutina empresarial diaria y alcanzar los hitos que nos proponemos es de vital importancia.

Recuerde el tópico: "Roma no se construyó en un día". No se puede abrir un compromiso como si fuera un grifo. puede animar a otros a comprometerse e inspirarlos.

El compromiso nos ayuda a ser mejores líderes dando un buen ejemplo a los empleados. Cuando tus empleados te vean trabajando duro y metiéndote en la trinchera con ellos, estarán igual de motivados para poner el mismo empeño y ayudarte a alcanzar tus objetivos.

2. Estructura/organización

Planificar el día para determinar qué tareas hay que hacer puede ser un salvavidas.

La multitarea está sobrevalorada, y tener un montón de pestañas, ventanas y aplicaciones abiertas en el espacio de tu ordenador es una forma segura de desarrollar estrés y ansiedad.

En lugar de estar pendiente de todas y cada una de las notificaciones de todas las aplicaciones y realizar múltiples tareas simultáneamente, intente segmentar su día y centrarse en lograr una misión concreta cada vez.

Tendrás una mayor sensación de control sobre tu día porque ya sabes cómo será tu jornada y cómo y a qué hora vas a ocuparte de ellas... y sólo cuando estés bien y preparado. Como profesional de los negocios, no hay nada peor que sentir que pierdes el control y, por tanto, la productividad y la eficacia de tu jornada.

Trabaje con calendarios y listas de tareas pendientes para separar la fruta que cuelga más baja de las tareas críticas para la empresa, a fin de priorizar su tiempo de forma eficaz y centrarse en las funciones esenciales.

Ah, y no olvide la importancia de programar tiempo para descansar y recuperarse de la rutina diaria de su empresa. No olvides incluir pausas entre las reuniones físicas y virtuales.

La estructura y la organización acaban por reducir las interrupciones.

3. Coherencia 

La constancia forma parte integral de la rutina, y la procrastinación la rompe, desarrollando malos hábitos mentales y la sensación de estar perdiendo el control.

Es más fácil romper las rutinas y caer en los malos hábitos cuando no se tiene esa mentalidad saludable. Hacer algo con constancia hace que sea más fácil acordarse de realizar esas tareas y formar hábitos saludables. Romper los patrones ya establecidos hace más difícil volver a subirse al carro.

Los hábitos que desarrollamos son los que pasan a formar parte de nuestra rutina. La rutina nos convierte en una segunda naturaleza la realización de tareas que nos ayudarán a alcanzar nuestros objetivos y nos dotarán de los hábitos necesarios para tener éxito en los negocios.

Por otro lado, la constancia ayuda a obtener mejores resultados y un éxito de referencia. Ya habrá determinado un nivel de rendimiento, ritmo y calidad que querrá alcanzar siempre (si no superarlo). Además, si sus disposiciones flaquean, podrá detectarlas y corregirlas basándose en sus logros anteriores.

4. Disciplina

La disciplina te ayuda a seguir siendo responsable de lograr los objetivos que te has propuesto cada día.

No te des excusas para incumplir tus compromisos. Nunca te arrepentirás de haber hecho un esfuerzo adicional y de haberte hecho responsable de tus promesas.

La disciplina te proporciona un código de conducta para guiar la superación personal y una llamada a la acción, en lugar de garabatear interminablemente ideas que nunca despegarán.

Puedes tener toda la motivación e inspiración para ser un empresario de éxito, pero tus sueños, planes y objetivos siempre se quedarán estancados en la fase de ideación sin la dedicación y el trabajo duro necesarios.

Los mejores deportistas son los que siguen esforzándose por perfeccionar su oficio y su arte, a pesar de las dificultades y los contratiempos a los que puedan enfrentarse... imagínense cómo habría acabado Michael Jordan si no hubiera dedicado tiempo extra a perfeccionar constantemente su juego y adaptarlo a la evolución del deporte.

5. Actitud mental positiva

Atraes lo que piensas. Por lo tanto, incluso tu mentalidad forma parte de tu rutina. 

Mantener una mentalidad negativa hacia la vida, los negocios y el trabajo genera resentimiento y descontento. 

¿Cómo es posible comprometerse con una rutina, y mucho menos crearla, si se carece de entusiasmo y pasión y se tiene una mentalidad cínica y hastiada?

Tu juego interior es crucial: sin la actitud mental adecuada, puede que te ocupes de estar activo y que todos tus esfuerzos acaben sin rumbo ni propósito.

Una actitud mental positiva nos inspira hacia el éxito. Ser optimista en tus esfuerzos te ayuda a profundizar en tus objetivos, sueños y aspiraciones y a dar pasos concretos para alcanzarlos, sea cual sea el resultado.

Conclusión

Desarrollar, poner en práctica y cumplir una rutina diaria te ayuda a tomar el control de tu día y, por lo tanto, de tu éxito en cualquier empresa que elijas. 

Comprometerse con una rutina diaria conduce en última instancia a la confianza, la organización y la productividad. Demostrar esos valores a sus empleados les inspirará para alcanzar los éxito empresarial que anhelas.